jueves, 15 de diciembre de 2016

Lectura de textos navideños por grupos




Con motivo del Día de la lectura en Andalucía y la llegada de la Navidad, desde la Biblioteca hemos organizado la lectura de textos navideños en todos los cursos. Para ello hemos proporcionado tres títulos: El cuento de Navidad de Auggie Wren del escritor Paul Auster. Sugerente historia con la que reflexionar sobre la realidad: Un día, Paul Auster recibe el encargo del New York Times de escribir un cuento navideño. Abrumado por la tarea, decide que la narración que escriba huirá de la común sensiblería que impregna esa época hibernal. En busca de inspiración, sale a pasear y acude al estanco de Brooklyn regentado por su amigo Auggie Wren, un peculiar fotógrafo que retrata, diariamente, la misma esquina del barrio y el paso del tiempo. Será él quien ofrezca al autor esta peculiar historia, que comienza con el hallazgo casual de una cartera perdida. Hermosa edición con cuidadas ilustraciones. Válido para su lectura en cualquier nivel.


La otra Navidad de Papá Noel de Valérie Dayre y Yann Fastier. Hermoso álbum gráfico editado por El Zorro Rojo, con escaso texto y predominio de las imágenes, nos permite escenificar y ambientar el texto ante los alumnos. Resulta válido para cualquier nivel, pero especialmente para 1º y 2º de E.S.O. Se trata de una reflexión sobre el consumismo de estas fechas. Es la historia de Noel, un hombre real, un padre de carne y hueso con el que podríamos cruzarnos en la calle o en cualquier estación de metro. El personaje de esta obra encontrará en las navidades, marcadas por la crisis, un milagro tan real como él. 




La Navidad para un niño en Gales de Dylan Thomas. Este título pertenece también a otra editorial que cuida con mimo sus ediciones. Sugerentemente ilustrado por Pep Montserrat, en edición bilingüe, por lo que puede aprovecharse especialmente en la asignatura de Inglés. Su precisión y riqueza léxica nos aconseja su lectura en Bachillerato. Si los dos libros anteriores pueden leerse en una sesión, aconsejamos la lectura de éste en dos. Dylan Thomas es algo más que un poeta: es toda una leyenda. Este relato nos lleva a un pueblo de la costa de Gales, lleno de gatos, carteros y niños ansiosos por jugar con la nieve.



Proponemos también tres poemas en los que se nos ofrece una visión diferente, no típica, de la Navidad:

SANTA CLAUS

Cada día desde hace dos semanas
lo encuentro en la misma acera
cuando voy al trabajo.
El traje de payaso rojo hiriente
la barba postiza, los ojos humillados.
Cuando hace mucho frío
se refugia unos momentos en la peluquería
que le paga. Su trabajo es dejar acercarse
la Navidad en esa esquina
sin oponer resistencia,
recordar a las gentes la alegría coactiva,
la obligación de comprar.
Centinela del consumo: me despiertas la rabia.
Pero enseguida pienso
que entre los tres o cuatro millones de parados
tú al menos has logrado faena para un mes.
Me gustaría saber cuánto te pagan.
Soñar con rudimentos de organización sindical
para estos santaclaus de alquiler
es ya disparatar y me arrepiento.

Jorge Riechmann. El día que dejé de leer El País. Editorial Hiperión. Madrid, 1997

ESTAMPA DE NAVIDAD

La noche. Cuánta luz.
Y todos vamos,
cargados de juguetes o de joyas,
cruzando una ciudad multicolor y helada
cubierta con racimos de bombillas
azules, verdes, rojas,
que dibujan
la serpiente eléctrica de las lentejuelas de oro frío
en la tirantez aterida del aire.

En los escaparates brilla
la sombra luminosa de otros escaparates
y la desordenada sombra de un mendigo,
y los niños mantienen los ojos muy abiertos.

(El tren y las espadas. Las estrellas.
La nave intergaláctica y la luna.
La muñeca habladora
y esa nieve
que cae sin cesar
sobre la tumba inmortal de nuestra infancia.)

Cuánta luz,
desgranada como un confeti
sobre estas alegres calles
por las que todos vamos como brujos felices,
cargados de mortalidad y de regalos.


Felipe Benítez Reyes, Escaparate de venenos, Tusquets Editores. Barcelona, 2000

NAVIDADES DE 1995

Tiempo de Navidad, tiempo de angustia.
Abro al azar la Biblia y lo primero
que me viene a los ojos es la historia
de una tarde, camino de Emaús
(una tarde que nunca viviré).
Paso luego a Proverbios, al capítulo
que habla de la mujer como la Virgen,
la Iglesia, el alma humana, todo eso
que nunca entenderé. Cierro la Biblia.
Tú te has llevado a Dios en tus maletas,
porque este año no ha nacido nadie
en el pesebre. Nadie. Y en la foto
que tengo tuya, de cuando eras joven,
la goma de mis lágrimas
va borrando tu cara.

Luis Alberto de Cuenca, Los mundos y los días. Editorial Visor. Madrid, 2012

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